La Hermana Helena cree que Pedro es un buen hombre

Los niños recién  vacunados para la viruela comienzan a enfermarse y todas las mujeres están muy enojadas y preocupadas por sus hijos y los quieren sacar del programa de vacunación, la Hermana Helena con las demás monjas fueron a comprar remedios y llega con una caja con remedios, la Hermana Helena se hace paso y se para en las escalinatas y dice, a ver por favor esto no es un engaño, esto está en el artículo 57 del código sanitario de 1918, hay que vacunar a los niños!!, la Hermana Helena entra a dejar la caja con remedios y la Dra. Eloísa dice, para beneficiar el programa de nutrición es un requisito que los niños estén vacunados… se mete el piojo y dice, ya paren el escándalo, miren mi guata, yo antes acá tenía un apéndice, una tripa así de grande que se me estaba pudriendo aquí dentro,, me estaba matando, y quien me salvo, la doctora po, la que ustedes están viendo acá, la doctor habilosa e salvo aquí la vida, así que dejen de estar aportillándola, en eso se mete Pedro para calmarlas a todas y dice, por favor!! Buenas tardes primero que todo, así con tanta cháchara no vamos a saber quién tendrá la razón, lo importante es que ustedes sigan confiando en nuestra doctora  y que traigan los niños al consultorio porque eso les hace bien, tienen miedo que le pongan la vacuna? Si ese es el problema yo me pongo la vacuna, la Hermana Helena le pone la vacuna y Pedro dice no pasa nada!! Hay que tener fe y confiar en nuestra doctora. Después de una  linda conversación Pedro se va con la pandilla en su auto, la Dra. Eloísa lo mira mientras la Hermana le hace cariño y dice muy tierna, es un hombre bueno, solo que la vida lo ha llevado por un camino peligroso, nada mas